• En colaboración con: Ensenyat-Tarrida + Bayona-Valero + Cantallops-Vicente
• Constructora: SACYR
• Estructuras: Bernuz Fernández
• Instalaciones: L3J
• Sostenibilidad: Societat Organica
• Acústica: Ivana Rossell

La illa “A” de la Plaza de la Glorias en Barcelona, es el resultado de un concurso promovido por el Ayuntamiento de Barcelona y ejecutado por el Institut Municipal d’Habitatge de Barcelona (IMHAB) en 2017.

Las secuelas de la crisis financiera de 2010 propiciaron un concurso muy participado y dividido en 4 bloques residenciales diferentes, encargados a 4 equipos de arquitectos. Nos correspondió ejecutar el Bloque B con un total de 60 viviendas de protección oficial, dentro del conjunto de 238 totales.

El proyecto resuelve la forma característica de una manzana residencial del Eixample de Barcelona, encajándose en su peculiar trama, pero incorporando la diversidad de bloques típica de la ciudad. Las manzanas o cuadras se componen habitualmente, de una amalgama de fachadas y tipologías residenciales que aquí se quiso respetar, dando a cada equipo de arquitectos, la libertad de diseñar en los límites del conjunto, respetando unas líneas de cornisa y alturas de forjados preestablecidas.

El conjunto se inserta en el nuevo Parque de Glorias, al lado del Mercat dels Encants, un mercado de origen medieval de larga tradición en la ciudad. El edificio se subdivide en dos sectores, conformando un patio entre el bloque A y el B, y otro patio entre el bloque C y el D. Entre ambos sectores se genera una nueva calle o pasaje interior, que permite que el parque de Glorias atraviese el edificio y conecte el Mercado y el Parque con la vida interior de las viviendas.

Las tipologías son en su mayoría viviendas con 2 o 3 habitaciones, con acceso desde una pasarela. Son viviendas que dan a dos fachadas, una a calle y otra al patio interior y son de alquiler social a precios asequibles. El bloque D son viviendas con acceso mediante cajas de escalera con dos viviendas por rellano y se destinan a la venta a precio inferior al de mercado.

La utilización de la pasarela de acceso a las viviendas de alquiler, permite conectar no sólo las escaleras con las viviendas, sino también los bloques residenciales entre sí, generando una mayor comunidad e interacción con los vecinos de otros bloques. Esto es algo poco común en los edificios residenciales de las manzanas de Barcelona. Esta conexión permite también compartir las cubiertas de los edificios como terrazas públicas sobre el pasaje interior, invitando a los vecinos a apropiarse de ellas y a ocupar estos espacios de forma temporal.